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DOS ÁNGELES VIAJEROS


Dos ángeles viajeros se pararon para pasar la noche en el hogar de una familia muy adinerada. La familia era ruda y no quiso permitirles a los ángeles que se quedaran en la habitación de huéspedes de la mansión. En vez de ser así, a los ángeles les dieron un espacio pequeño en el frío sótano de la casa. A medida que ellos preparaban sus camas en el duro piso, el ángel más viejo vio un hueco en la pared y lo reparó. Cuando el más joven preguntó ¿por qué?, el más viejo le respondió, “Las Cosas no siempre son lo que parecen.”

La siguiente noche, fueron a descansar en la casa de un señor y una señora, muy pobres, ambos eran muy hospitalarios. Después de compartir la poca comida que la familia tenía, la pareja le permitió a los ángeles que durmieran en su cama donde ellos podrían tener una buena noche de descanso.

Cuando amaneció, los ángeles encontraron bañados en lágrimas al señor y a su esposa. La vaca que tenían, cuya leche había sido su única entrada de dinero, yacía muerta en el campo. El ángel más joven estaba furioso y preguntó al más viejo, ¿cómo pudiste permitir que esto pasara? El primer hombre

lo tenía todo, sin embargo tú lo ayudaste. La segunda familia tenía muy poco, pero estaba dispuesta a compartirlo todo, y tú permitiste que la vaca muriera.

“Las Cosas no siempre son lo que parecen,” le replicó el ángel más viejo.

Cuando estábamos en aquel sótano de la inmensa mansión, yo noté que había oro almacenado en el hueco de la pared. Debido a que el propietario estaba tan obsesionado con avaricia y no dispuesto a compartir su buena fortuna, yo lo sellé, de manera tal que nunca lo pudiera encontrar.

“Luego, anoche mientras dormíamos en la cama de la familia pobre, el ángel de la muerte vino en busca de la esposa del agricultor. Y yo le di a la vaca en su lugar. “Las Cosas no siempre son lo que parecen.”

Algunas veces, eso es exactamente lo que pasa cuando las cosas no salen como uno espera que salgan. Si tú tienes fe, solamente necesitas aceptar que vengan como vengan las cosas, serán siempre para tu ventaja. Y podrías no saber esto, hasta un poco más tarde…

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:28

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